
¿Roncas mucho? Descubre cómo dejar de hacerlo
Para muchas personas, roncar es sinónimo de un sueño profundo y reparador, pero la verdad es que no siempre es así.
Si los ronquidos son frecuentes, intensos o tienen un ritmo irregular, pueden ser una señal de que algo no anda bien en tu cuerpo. A simple vista, puede parecer algo de menor importancia, pero en algunos casos, detrás de esos sonidos nocturnos hay un problema de salud que merece atención.
¿Por qué roncamos?
El ronquido es el sonido que se produce cuando el aire no puede fluir con facilidad a través de las vías respiratorias mientras dormimos.
Este bloqueo parcial genera vibraciones en los tejidos de la garganta, el paladar blando y la úvula, lo que provoca el característico ruido. Durante el sueño, los músculos de la garganta y la lengua se relajan, reduciendo el espacio disponible para el paso del aire.
Cuando este flujo se ve obstaculizado por algún factor, el aire choca contra los tejidos blandos, causando las vibraciones que originan el ronquido. La intensidad del sonido puede variar de una persona a otra y depende de qué tan estrechas o bloqueadas estén las vías respiratorias.
Existen diversas causas que pueden contribuir a la aparición del ronquido, algunas de ellas son:
Sobrepeso y obesidad
El exceso de peso, especialmente en la zona del cuello, puede provocar ronquidos. Cuando hay un aumento en la cantidad de tejido adiposo en la garganta y en la base de la lengua, las vías respiratorias se estrechan, dificultando el paso del aire y aumentando la vibración de los tejidos blandos.
- Consumo de alcohol y tabaco
El alcohol y el tabaco también pueden favorecer el ronquido al afectar la función de las vías respiratorias superiores. El consumo de alcohol relaja los músculos de la garganta de manera excesiva, lo que provoca un colapso parcial de la vía aérea y una mayor vibración de los tejidos durante la respiración.
Por otro lado, el tabaco genera inflamación en la mucosa de las vías respiratorias, aumentando la producción de moco y reduciendo el diámetro del paso del aire.
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Congestión nasal y alergias
Las alergias y la congestión nasal dificultan la entrada de aire a través de la nariz, obligando a respirar por la boca, lo que puede aumentar la probabilidad de roncar.
La inflamación de los senos paranasales y la acumulación de mucosidad reducen el espacio disponible en las vías respiratorias, generando mayor resistencia al paso del aire y provocando vibraciones en los tejidos.
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Postura al dormir
La postura que tomamos al dormir influye directamente en la aparición de los ronquidos. Dormir boca arriba hace que la lengua y los tejidos blandos de la garganta se desplacen hacia atrás, bloqueando parcialmente las vías respiratorias y aumentando la probabilidad de roncar.

Apnea del sueño y su relación con el ronquido
La apnea del sueño es un trastorno en el que la respiración se detiene varias veces mientras duermes porque las vías respiratorias se bloquean parcial o totalmente. Estas pausas, llamadas apneas, pueden durar desde unos segundos hasta más de un minuto y repetirse muchas veces por hora, afectando el descanso y la oxigenación del cuerpo.
El síntoma más común es el ronquido fuerte y frecuente, aunque no todas las personas que roncan tienen apnea del sueño. De acuerdo a la National Library of Medicine (NIH), este trastorno también provoca otros síntomas.
Durante el día, es normal sentir cansancio extremo, dificultad para concentrarse, dolor de cabeza al despertar, irritabilidad, pérdida de memoria y disminución del deseo sexual. Por la noche, pueden ocurrir despertares bruscos, sensación de asfixia, sudoración excesiva, insomnio, sueño agitado, reflujo gástrico y la necesidad de orinar varias veces.
Estas pausas en la respiración impiden que el sueño sea profundo y reparador, lo que puede causar problemas de salud a largo plazo, como enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

El estudio del sueño: clave para un diagnóstico preciso
Uno de los métodos más efectivos para diagnosticar la apnea del sueño y otros trastornos respiratorios nocturnos es la polisomnografía.
Este estudio del sueño analiza la actividad del cuerpo mientras la persona duerme, midiendo parámetros como la frecuencia respiratoria, el nivel de oxígeno en la sangre, los movimientos oculares y musculares, así como la actividad cerebral y la calidad del sueño en sus distintas fases.
Con esta información, los especialistas pueden detectar interrupciones en la respiración, determinar su duración y evaluar su impacto en la oxigenación del organismo.
El estudio se lleva a cabo en una clínica especializada en medicina del sueño o en casa, dependiendo de la indicación del médico. Durante la evaluación, se colocan sensores en la cabeza, el pecho y otras áreas del cuerpo para registrar distintas funciones fisiológicas.
Un diagnóstico oportuno permite iniciar el tratamiento adecuado, mejorando la calidad del sueño y reduciendo los riesgos para la salud a largo plazo.
Tratamientos y consejos para evitar los ronquidos
Eliminar los ronquidos es posible con algunos cambios en el estilo de vida. Algunas de las estrategias más efectivas son:
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Pérdida de peso y alimentación saludable
Perder peso ayuda a disminuir la cantidad de tejido adiposo en la región del cuello y la faringe, facilitando una mejor respiración nocturna y reduciendo la intensidad del ronquido.
Además, una alimentación equilibrada contribuye a evitar la inflamación de las vías respiratorias, ya que el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados, grasas saturadas y azúcares puede generar retención de líquidos e inflamación en los tejidos respiratorios.
Según la American Academy of Sleep Medicine (AASM), la reducción de peso es una de las estrategias más efectivas para mejorar la calidad del sueño en personas con ronquidos severos.
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Evitar el alcohol y el tabaco antes de dormir
Reducir o eliminar el consumo de alcohol y tabaco antes de acostarse, mejora la calidad del sueño y disminuye los ronquidos.
Un artículo publicado en “Archivos de Bronconeumología”, la revista científica oficial de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), menciona que existe una clara relación dosis-respuesta entre el consumo de tabaco y la prevalencia de ronquido, siendo mayor en personas que fuman más de 20 gramos de tabaco al día.
Además, el alcohol relaja los músculos de la garganta, lo que puede provocar una obstrucción parcial de las vías respiratorias y aumentar la probabilidad de roncar. Por lo tanto, evitar estas sustancias antes de dormir puede contribuir a reducir los ronquidos y mejorar la calidad del sueño.
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Mantener una rutina de sueño regular
Mantener una rutina de sueño regular ayuda a estabilizar el reloj biológico, favoreciendo un descanso profundo y reduciendo el riesgo de roncar.
Acostarse y despertarse a la misma hora todos los días evita la relajación excesiva de los músculos de la garganta, lo que puede obstruir el paso del aire y provocar ronquidos.
Además, seguir un horario constante mejora la oxigenación, optimiza la calidad del sueño y disminuye interrupciones nocturnas. Según la National Sleep Foundation, mantener un patrón estable de sueño, incluso los fines de semana, ayuda a prevenir algunos trastornos del sueño y favorece una respiración más fluida durante la noche.
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Técnicas para mejorar la respiración
Los ejercicios de respiración para dormir como la respiración diafragmática y la respiración alternada fortalecen la musculatura de la garganta, mejoran el flujo de aire nocturno y disminuyen las vibraciones que generan el ronquido.
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Tiras nasales y dilatadores para mejorar el flujo de aire
Las tiras nasales y los dilatadores nasales internos mejoran el flujo de aire al ensanchar las fosas de la nariz, lo que facilita la respiración y disminuye la resistencia al paso del aire.
Son una opción efectiva para reducir los ronquidos en personas con congestión nasal, desviación del tabique o estrechamiento de las vías respiratorias.
Al mantener las fosas nasales abiertas, se evita la respiración por la boca y, por ende, se reduce la vibración de los tejidos de la garganta.
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Dispositivos de avance mandibular para abrir las vías respiratorias
Los dispositivos de avance mandibular (DAM) mantienen las vías respiratorias abiertas al adelantar ligeramente la mandíbula y la lengua, evitando obstrucciones que causan ronquidos.
Al personalizarse para cada paciente, mejoran el flujo de aire y reducen las vibraciones en la garganta, favoreciendo un sueño más tranquilo.
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Terapia CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias)
La terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias conocida como CPAP es ampliamente reconocida como el tratamiento más eficaz para la apnea obstructiva del sueño (AOS) y los ronquidos severos.
Estos equipos suministran un flujo constante de aire a presión a través de una mascarilla durante el sueño, manteniendo las vías respiratorias abiertas y evitando las pausas respiratorias características de la apnea del sueño.
El uso regular del CPAP mejora la calidad del descanso y reduce los síntomas y complicaciones asociadas a este trastorno.
Por ello, el precio del CPAP representa una inversión en la salud y el bienestar general, ya que su efectividad en el tratamiento de la apnea del sueño permite a los pacientes lograr un descanso reparador y mejorar su calidad de vida a largo plazo.
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Eliminar los ronquidos y mejorar la calidad del sueño es posible con cambios en el estilo de vida y tratamientos adecuados. Identificar factores como el sobrepeso, el consumo de alcohol o la postura al dormir permite aplicar soluciones más efectivas.
Si los ronquidos están relacionados con la apnea del sueño, es necesario acudir a un especialista para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
Desde técnicas de respiración hasta el uso de un equipo CPAP con mascarilla, hay diversas opciones para mejorar la respiración y lograr un descanso profundo. Actuar a tiempo no solo ayuda a reducir los ronquidos, también favorece un sueño reparador y un mejor estado de salud.