
¿Sientes espasmos antes de dormir? Descubre por qué ocurren
El cuerpo tiene sus propias maneras de reaccionar, incluso cuando estás a punto de dormir. Todo va bien, te relajas… y de repente, un sobresalto, un temblor o esa sensación rara de que te caes.
Si te ha pasado, seguro te has preguntado qué significan estos espasmos al dormir. A veces ni lo notas, pero otras es tan fuerte que te deja pensando. ¿Es normal? ¿Por qué ocurre? La respuesta tiene que ver con lo que pasa en el cuerpo justo antes de quedarse dormido.
¿Qué son los espasmos al dormir?
Los espasmos al dormir, también llamados espasmos mioclónicos o sacudidas hipnagógicas, son movimientos involuntarios que ocurren justo cuando el cuerpo comienza a relajarse para dormir. Suceden en la primera fase del sueño no REM, cuando pasamos del estado de vigilia al descanso.
Durante esta transición, el cerebro sigue enviando señales a los músculos, lo que en algunas personas provoca sacudidas repentinas. Estas pueden ser leves o más intensas y, en algunos casos, venir acompañadas de la sensación de caída, un sobresalto o incluso breves alucinaciones auditivas o visuales.
Su intensidad varía desde un pequeño temblor hasta un movimiento lo bastante fuerte como para despertar. Según el National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS), entre el 60 % y 70 % de las personas ha experimentado estos episodios en algún momento.
Aunque en la mayoría de los casos no son un problema de salud, entender su frecuencia y características ayuda a diferenciarlos de otros trastornos del sueño que podrían necesitar atención médica.
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¿Cuáles son las causas de los espasmos nocturnos?
Los espasmos nocturnos pueden tener distintas causas, desde procesos naturales del organismo hasta factores externos o condiciones médicas subyacentes, como los siguientes:
Factores fisiológicos
Durante la transición al sueño, las ondas cerebrales cambian de rápidas y activas a más lentas y profundas. Si este cambio no es completamente gradual, el cerebro puede provocar sacudidas como parte de su proceso de ajuste.
Además, ciertos desequilibrios en neurotransmisores, como la dopamina o el GABA, pueden influir en la intensidad de estos movimientos. Estos químicos son clave para regular la actividad motora y la relajación muscular, por lo que cualquier alteración en sus niveles puede aumentar la probabilidad de experimentar espasmos nocturnos.
Factores externos
Algunas rutinas y hábitos diarios pueden aumentar la probabilidad de experimentar espasmos antes de dormir como:
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Estrés y ansiedad:
La activación del sistema nervioso debido a preocupaciones o tensión emocional puede dificultar la relajación completa del cuerpo, aumentando la posibilidad de movimientos involuntarios. -
Consumo de cafeína o estimulantes:
La cafeína y otras sustancias estimulantes pueden alterar los patrones de sueño y aumentar la actividad muscular, lo que favorece la aparición de espasmos. -
Ejercicio físico intenso por la noche:
Hacer actividad física intensa unas horas antes de dormir puede mantener el sistema nervioso en un estado de excitación, dificultando la relajación muscular y provocando contracciones involuntarias. -
Exposición a pantallas y luz azul:
La luz emitida por dispositivos electrónicos reduce la producción de melatonina, la hormona del sueño, lo que puede interferir con la transición al descanso y contribuir a la aparición de espasmos.
Condiciones médicas
En algunos casos, los espasmos nocturnos pueden estar asociados con problemas de salud que afectan el sueño:
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Trastornos del sueño
Trastornos como la apnea del sueño pueden interrumpir la fase de descanso y generar movimientos involuntarios debido a la falta de oxígeno. -
Desequilibrios nutricionales
La deficiencia de ciertos minerales como magnesio, potasio o calcio puede afectar la función neuromuscular y provocar espasmos nocturnos más frecuentes.
Si estos episodios ocurren con regularidad o afectan la calidad del descanso, es recomendable buscar atención médica para evaluar posibles soluciones y mejorar la higiene del sueño.

Espasmos mioclónicos: ¿cuándo es necesario realizar un estudio del sueño?
Aunque la mioclonía suele ser inofensiva, hay situaciones en las que es recomendable realizar un estudio del sueño para identificar su origen y evaluar si requiere tratamiento, como en los siguientes casos:
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Frecuencia e intensidad de los espasmos:
Si los espasmos ocurren con regularidad y su intensidad interfiere en el descanso, es importante evaluarlos. -
Impacto en la calidad del sueño:
Despertares frecuentes o dificultad para conciliar el sueño debido a espasmos pueden afectar la salud general. -
Síntomas adicionales:
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Insomnio: Dificultad persistente para iniciar o mantener el sueño.
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Fatiga extrema: Sensación constante de cansancio durante el día.
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Dificultad para respirar o ronquidos intensos
Un estudio del sueño, como la polisomnografía, es una prueba no invasiva que monitorea diferentes variables fisiológicas mientras una persona duerme.
Durante este análisis, se registran la actividad cerebral, los niveles de oxígeno en sangre, la frecuencia cardíaca y respiratoria, así como los espasmos musculares. Este examen es clave para identificar posibles trastornos del sueño que puedan estar relacionados con la mioclonía, como la apnea del sueño

La apnea del sueño y su relación con los espasmos nocturnos
La apnea del sueño es un trastorno caracterizado por pausas repetidas en la respiración mientras se duerme, lo que reduce los niveles de oxígeno en el cuerpo. Esta falta de oxígeno activa el sistema nervioso como una respuesta de emergencia, provocando espasmos mioclónicos o movimientos bruscos que pueden interrumpir el descanso. Un diagnóstico adecuado de la apnea del sueño es esencial para tratar estos episodios y mejorar la calidad del descanso.
El tratamiento más utilizado es la terapia con equipos CPAP para adulto, los cuales suministran un flujo continuo de aire a través de una mascarilla para mantener abiertas las vías respiratorias y evitar interrupciones en la respiración.
El uso de estos dispositivos previene los episodios de apnea y puede reducir la frecuencia de los espasmos nocturnos provocados por la activación del sistema nervioso ante la falta de oxígeno.
Si experimentas espasmos nocturnos frecuentes, acompañados de ronquidos intensos, despertares repentinos con sensación de ahogo o fatiga extrema durante el día, es recomendable realizar una evaluación médica para saber si tienes apnea del sueño.
Además, puedes consultar opciones de equipos CPAP para adulto y su precio para conocer las mejores alternativas de tratamiento.
¿Cómo reducir los espasmos nocturnos?
Algunas de las estrategias que pueden ayudar a reducir la frecuencia e intensidad de los espasmos al dormir son:
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Establecer una rutina de sueño regular
Mantener horarios consistentes para acostarse y levantarse ayuda a regular el reloj biológico, facilitando una transición más suave hacia el sueño y disminuyendo la probabilidad de espasmos nocturnos.
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Reducir el consumo de cafeína y otros estimulantes
La ingesta de cafeína, especialmente en horas cercanas a la noche, puede aumentar la actividad del sistema nervioso, favoreciendo la aparición de espasmos. Es recomendable limitar el consumo de café, té, bebidas energéticas y otros estimulantes durante la tarde y noche.
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Mantener una dieta balanceada
Una alimentación rica en minerales como magnesio, calcio y potasio es esencial para la función neuromuscular adecuada.
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Practicar técnicas de relajación
Efectuar actividades como la meditación, la respiración profunda o el yoga antes de dormir puede ayudar a reducir el estrés y la tensión muscular, disminuyendo la incidencia de espasmos nocturnos.
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Realizar ejercicio físico en horarios adecuados
El ejercicio regular contribuye a la salud general y al bienestar del sueño. Sin embargo, es aconsejable evitar hacer actividad física intensa justo antes de acostarse, ya que puede sobreestimular el sistema nervioso y aumentar la probabilidad de espasmos.
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Identificar su causa es clave para saber si se deben a una reacción natural del cuerpo, a ciertos hábitos o si podrían estar relacionados con un trastorno del sueño, como la apnea. Ajustar algunos aspectos de la rutina, como mantener horarios regulares para dormir, evitar cafeína antes de acostarse, llevar una alimentación equilibrada y practicar técnicas de relajación, puede ayudar a reducir su aparición.
Si los espasmos persisten o afectan tu descanso, lo ideal es consultar a un especialista y, si es necesario, realizar un estudio del sueño. Detectar el problema a tiempo y recibir el tratamiento adecuado puede hacer una gran diferencia en cómo te sientes cada día.
En Soluciones del Sueño, te ayudamos a lograr un descanso óptimo con diagnóstico especializado, equipos CPAP y la información que necesitas para mejorar tu calidad de sueño.