
¿Qué es la apnea del sueño y cómo afecta la salud?
Dormir toda la noche no garantiza un descanso reparador. Si te despiertas con fatiga, dolor de cabeza o sensación de falta de aire, es posible que se deba a que tu sueño está siendo interrumpido repetidamente.
Esto puede ser una señal de apnea del sueño, un trastorno que compromete la calidad de tu descanso y puede afectar tu salud a largo plazo. Detectarla a tiempo y entender sus efectos es esencial para mejorar el descanso y prevenir problemas a futuro.
¿Qué es la apnea del sueño?
La apnea del sueño es un trastorno en el que la respiración se detiene repetidamente mientras se duerme. Estas pausas pueden durar desde pocos segundos hasta más de un minuto y repetirse varias veces por hora, lo que altera el descanso y reduce la oxigenación del cuerpo.
Al detectar una disminución en el flujo de oxígeno durante el sueño, el cerebro activa mecanismos para restablecer la respiración. En respuesta, se generan impulsos neurológicos que provocan un ligero despertar, conocido como “microdespertar”, que en muchos casos es tan breve que la persona no lo percibe conscientemente.
Como resultado, las fases más profundas del descanso se ven interrumpidas, afectando la continuidad del proceso reparador que el cuerpo necesita para recuperarse adecuadamente.

¿Qué tipos de apnea del sueño existen?
Existen diferentes tipos de apnea del sueño, cada uno con causas y mecanismos distintos. Aunque todas afectan la calidad del descanso y la oxigenación del cuerpo, su origen es distinto. Los principales tipos de apnea son:
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Apnea obstructiva del sueño (AOS)
Es el tipo más común y ocurre cuando las vías respiratorias superiores se bloquean parcial o totalmente durante el sueño.
Esta obstrucción impide que el aire llegue a los pulmones, lo que provoca pausas en la respiración. Puede estar relacionada con factores anatómicos como una malformación en la nariz o la mandíbula, el peso del cuello o la relajación excesiva de los músculos de la garganta.
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Apnea central del sueño (ACS)
Se produce cuando el cerebro no envía las señales necesarias para mantener un ritmo respiratorio estable durante el sueño. Es menos común que otros tipos de apnea y puede estar asociada a afecciones como insuficiencia cardíaca, lesiones cerebrales o el uso de ciertos medicamentos.
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Apnea compleja del sueño (CompSA)
Es una combinación de apnea obstructiva del sueño (AOS) y apnea central del sueño (ACS). Se presenta cuando una persona en tratamiento para la AOS con un dispositivo de presión positiva (CPAP) comienza a experimentar episodios de apnea central.
Este tipo de apnea es poco frecuente y suele identificarse en estudios especializados del sueño. En la mayoría de los casos, los síntomas mejoran con el tiempo, aunque su diagnóstico y manejo requieren un enfoque más preciso para evitar complicaciones en el tratamiento.

¿Cuáles son los síntomas de la apnea del sueño?
Identificar los síntomas de la apnea del sueño es clave para buscar un diagnóstico y tratamiento adecuado. Además de las interrupciones en la respiración durante el sueño, algunos de los síntomas más frecuentes incluyen:
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Ronquidos fuertes y frecuentes
Muchas personas que padecen apnea del sueño roncan de manera intensa y constante. Se produce cuando el aire intenta pasar a través de vías respiratorias estrechas o bloqueadas, generando vibraciones en los tejidos de la garganta.
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Somnolencia diurna excesiva
Las interrupciones constantes en la respiración fragmentan el ciclo del sueño, impidiendo que el cuerpo alcance un descanso profundo.
Como consecuencia, la persona se despierta sin sentirse realmente descansada y experimenta fatiga extrema a lo largo del día, lo que puede afectar el rendimiento laboral, la capacidad de reacción y aumentar el riesgo de accidentes.
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Dolores de cabeza matutinos
La reducción en la oxigenación durante la noche provoca alteraciones en la circulación sanguínea cerebral, lo que puede desencadenar cefaleas al despertar.
Este dolor de cabeza suele presentarse con mayor frecuencia en las mañanas y desaparecer progresivamente a lo largo del día, aunque en algunos casos puede volverse persistente.
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Sequedad en la boca y garganta al despertar
Respirar por la boca debido a la obstrucción de las vías respiratorias puede provocar una sensación de sequedad bucal intensa al despertar. Esto es común en quienes tienen apnea del sueño y puede agravarse si hay congestión nasal.
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Dificultad para concentrarse e insomnio
El sueño fragmentado y de baja calidad afecta directamente la función cognitiva, dificultando la concentración y la retención de información. A su vez, algunas personas con apnea del sueño pueden experimentar insomnio, ya que los despertares repetidos impiden que mantengan un descanso continuo y reparador.

Causas de la apnea del sueño y factores de riesgo
La apnea del sueño puede deberse a múltiples factores que afectan la respiración durante el descanso. Según el National Heart, Lung, and Blood Institute (NIH), algunas de las principales causas y factores de riesgo son:
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Obesidad
El exceso de grasa en el cuello y la parte superior del cuerpo puede ejercer presión sobre las vías respiratorias, aumentando el riesgo de obstrucción durante el sueño
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Estructura anatómica de las vías respiratorias
Características como amígdalas grandes, lengua voluminosa o una mandíbula pequeña pueden estrechar el paso del aire y dificultar la respiración nocturna.
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Edad avanzada
A medida que envejecemos, los músculos de la garganta pierden tono, lo que puede facilitar el colapso de las vías respiratorias durante el sueño.
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Género
Los hombres tienen mayor probabilidad de desarrollar apnea del sueño en comparación con las mujeres, aunque después de la menopausia el riesgo en mujeres aumenta.
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Antecedentes familiares
La predisposición genética puede influir en la estructura de las vías respiratorias y en la regulación de la respiración, aumentando el riesgo de apnea del sueño.
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Consumo de alcohol y sedantes
Estas sustancias relajan los músculos de la garganta, lo que puede provocar un colapso parcial o total de las vías respiratorias durante el sueño.
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Tabaquismo
Fumar irrita e inflama las vías respiratorias, lo que reduce el flujo de aire y aumenta el riesgo de desarrollar apnea del sueño
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Congestión nasal crónica
Problemas respiratorios como alergias o desviación del tabique nasal pueden dificultar la entrada de aire y contribuir a la apnea del sueño.
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Trastornos hormonales
Enfermedades como el hipotiroidismo o el síndrome de ovario poliquístico pueden afectar la respiración al influir en el tono muscular de la garganta y en la distribución del peso corporal.
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Problemas cardiovasculares
La insuficiencia cardíaca congestiva y otros trastornos del corazón pueden estar relacionados con la apnea central del sueño, donde la señalización del cerebro para la respiración se ve afectada.

¿Cuáles son las consecuencias de la apnea del sueño no tratada?
La apnea del sueño no tratada puede tener efectos adversos en la salud general. Algunas de las principales consecuencias incluyen:
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Aumento del riesgo de hipertensión
Las interrupciones en la respiración durante el sueño reducen los niveles de oxígeno en la sangre, lo que puede provocar un aumento en la presión arterial. Esto incrementa el riesgo de desarrollar hipertensión arterial.
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Problemas cardiovasculares
La apnea del sueño está asociada con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como arritmias, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares.
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Alteraciones metabólicas
La apnea del sueño no tratada eleva los niveles de cortisol y altera la regulación de la insulina, aumentando el riesgo de diabetes tipo 2. Además, afecta las hormonas del apetito, favoreciendo el aumento de peso y empeorando el metabolismo.
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Accidente cerebrovascular
Las fluctuaciones en los niveles de oxígeno y la presión arterial durante los episodios de apnea aumentan la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular.
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Trastornos del estado de ánimo
La apnea del sueño interrumpe el descanso profundo, lo que altera el equilibrio de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, esenciales para la regulación del estado de ánimo. Esta alteración puede generar irritabilidad, ansiedad y aumentar el riesgo de depresión.

¿Cómo se diagnostica la apnea del sueño?
La apnea del sueño no siempre es fácil de identificar, ya que muchos de sus síntomas ocurren mientras la persona duerme.
Para confirmar el diagnóstico, los médicos pueden realizar una evaluación clínica y solicitar un estudio del sueño llamado polisomnografía, que se considera el método más preciso para detectar este trastorno.
La polisomnografía es un examen que monitorea diversas funciones corporales durante el sueño, incluyendo la actividad cerebral, los niveles de oxígeno en la sangre, la frecuencia cardíaca, los movimientos oculares y musculares, así como los patrones respiratorios.
Este estudio ayuda a determinar la gravedad de la apnea del sueño y permite diferenciarla de otros trastornos del sueño con síntomas similares.
Este análisis puede llevarse a cabo en un laboratorio del sueño, donde especialistas supervisan el descanso del paciente con sensores colocados en su cuerpo. También existen dispositivos de monitoreo portátiles que permiten realizar el estudio en casa.
Los resultados de la polisomnografía son esenciales para establecer un tratamiento adecuado y reducir los riesgos asociados a la apnea del sueño.

Tratamientos para la apnea del sueño
Existen diversas opciones para tratar la apnea del sueño, dependiendo de la gravedad del trastorno y las características de cada paciente. Entre los tratamientos más utilizados se encuentran:
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Máquina CPAP
El dispositivo de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP, por sus siglas en inglés) es el tratamiento más común para la apnea del sueño moderada a severa.
Funciona enviando un flujo constante de aire a través de una mascarilla, evitando el colapso de las vías respiratorias y permitiendo una respiración estable durante la noche.
Existen diversos modelos de CPAP, desde opciones básicas con presión fija hasta modelos avanzados con ajuste automático de presión según la respiración del paciente.
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Máquina BiPAP
El dispositivo BiPAP es un equipo de presión positiva de dos niveles. Es una alternativa al CPAP que ajusta la presión del aire en dos fases: una para la inhalación y otra más baja para la exhalación.
Es recomendado para pacientes con apnea del sueño más compleja o que tienen dificultad para adaptarse al CPAP.
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Dispositivos intraorales
Estos aparatos, diseñados por odontólogos especializados, ayudan a mantener las vías respiratorias abiertas al reposicionar la mandíbula y la lengua. Son una opción para casos leves o moderados de apnea del sueño.
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Cambios en el estilo de vida
Modificar ciertos hábitos puede reducir la gravedad de la apnea del sueño. Perder peso, evitar el alcohol y los sedantes antes de dormir, dejar de fumar y tomar una adecuada posición al dormir pueden disminuir la frecuencia y la intensidad de los episodios
Además, mantener una rutina de sueño regular y hacer ejercicio también contribuyen a mejorar la calidad del descanso.
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Cirugía
En casos graves, donde otros tratamientos no han funcionado, puede considerarse la intervención quirúrgica.
Algunas opciones incluyen la uvulopalatofaringoplastia (UPFP) para eliminar tejido en la garganta, la cirugía de avance maxilomandibular para reposicionar la mandíbula y mejorar el flujo de aire, o la implantación de un marcapasos hipogloso, que estimula los músculos de la vía aérea para evitar su colapso.

¿Se puede prevenir la apnea del sueño?
Si bien la apnea del sueño no siempre se puede prevenir, adoptar ciertos hábitos puede reducir el riesgo de desarrollar o mejorar su manejo en quienes ya la padecen. Algunas medidas que pueden ayudar son las siguientes:
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Mantener un peso saludable
Seguir una alimentación equilibrada y realizar actividad física con regularidad contribuye a mejorar la respiración nocturna. Alcanzar y mantener un peso adecuado puede ayudar a reducir la frecuencia de los episodios de apnea y optimizar el descanso.
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Evitar el consumo de alcohol, sedantes y tabaco
Reducir o eliminar estas sustancias favorece una respiración más estable durante el sueño. Elegir alternativas más saludables, como la hidratación adecuada y técnicas de relajación, puede mejorar la calidad del descanso.
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Adoptar una rutina de sueño regular
Establecer horarios fijos para acostarse y despertarse ayuda al cuerpo a mantener un ritmo de descanso más efectivo. Crear un ambiente tranquilo antes de dormir, evitando dispositivos electrónicos y estimulantes, también puede contribuir a un sueño más profundo y reparador.

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La apnea del sueño es un trastorno que afecta la calidad del descanso y, si no se trata, puede generar problemas de salud a largo plazo. Afortunadamente, existen diversas opciones para mejorar la respiración durante la noche y evitar complicaciones.
Uno de los tratamientos más efectivos es el uso de la mascarilla CPAP, que proporciona un flujo constante de aire para mantener las vías respiratorias abiertas. Además, cambios en el estilo de vida, como mantener un peso saludable, evitar el alcohol y dormir de lado, pueden contribuir a reducir los síntomas.
Si sospechas que padeces apnea del sueño, es esencial acudir a un especialista. Un diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado pueden marcar la diferencia en tu bienestar y en la calidad de tu descanso.
Comentarios
Germán Oteiza F.
Me puede informar sobre la mascarilla ,precios y modelos , es muy difícil de acostumbrarse a la mascarilla ? Gracias
18/01/23