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Mujer acostada en la cama con expresión de angustia y respiración agitada, experimentando sensación de ahogo al dormir

Sensación de ahogo al dormir: ¿por qué pasa y cómo evitarlo?

El cuerpo humano está diseñado para respirar sin esfuerzo durante el sueño, permitiendo un descanso continuo y reparador. 

Sin embargo, hay momentos en los que algo interfiere con este proceso natural, generando una sensación de falta de aire que puede despertar abruptamente a quien la experimenta. Si esto pasa con frecuencia, vale la pena entender qué lo está provocando y qué se puede hacer para evitar que afecte la salud y el descanso.

¿Qué es la sensación de ahogo al dormir?

La sensación de ahogo al dormir es una experiencia que muchas personas describen como despertarse bruscamente en medio de la noche con la impresión de no poder respirar. 

Esta situación puede generar una reacción inmediata de angustia, palpitaciones, sudoración e incluso miedo a volver a conciliar el sueño. Aunque el episodio dura apenas unos segundos, su impacto es suficiente para alterar el descanso nocturno y generar un estado de alerta que interfiere con la calidad del sueño.

Quienes lo experimentan suelen sentirse confundidos o preocupados, especialmente si los episodios se repiten. Es habitual que después de uno de estos despertares, les cueste volver a dormirse por completo o descansen de forma muy superficial, despertándose varias veces más durante la noche. 

Con el tiempo, esto puede afectar el bienestar físico y emocional, generando cansancio diurno, irritabilidad y dificultad para concentrarse.

Este tipo de eventos no deben pasarse por alto. Aunque muchas personas intentan adaptarse a ellos o minimizarlos, lo más recomendable es consultar con un especialista en medicina del sueño. A través de una valoración adecuada, es posible comprender qué está ocurriendo durante la noche y encontrar la manera de mejorar el descanso de forma segura y efectiva.

Mujer acostada en la cama con expresión de angustia y respiración agitada, representando la sensación de ahogo al dormir.

¿Cuáles son las causas de la falta de aire o ahogo nocturno?

Existen diversas razones médicas detrás de este síntoma, y es importante identificarlas para encontrar la mejor solución. Algunas de las más comunes son:

  • Apnea obstructiva del sueño

Uno de los principales trastornos asociados a la falta de aire nocturna es la apnea obstructiva del sueño (AOS)

Este trastorno ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan en exceso mientras duermes, bloqueando parcial o completamente el flujo de aire. 

Como consecuencia, el cuerpo reacciona, despertándote abruptamente para recuperar la respiración. En casos graves, estos episodios pueden repetirse muchas veces durante la noche, afectando la calidad del sueño y la oxigenación del organismo.

  • Reflujo gástrico nocturno

El reflujo gastroesofágico es otra causa común de la sensación de ahogo al dormir. Ocurre cuando los ácidos del estómago regresan hacia el esófago, irritando la garganta y las vías respiratorias. 

Este problema es más frecuente en personas que cenan tarde, consumen alimentos irritantes o padecen reflujo crónico. En algunos casos, el ácido puede llegar hasta las vías respiratorias, provocando tos, sensación de asfixia e incluso despertares abruptos.

  • Problemas respiratorios

Ciertas enfermedades respiratorias, como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o las alergias, pueden contribuir a la dificultad para respirar mientras duermes. 

La inflamación o el estrechamiento de las vías respiratorias dificulta el flujo de aire, lo que puede llevar a despertares nocturnos con sensación de ahogo. En estos casos, los síntomas suelen empeorar cuando hay exposición a alérgenos, infecciones respiratorias o cambios en la temperatura ambiental.

  • Ansiedad y ataques de pánico nocturnos

El estrés y la ansiedad también pueden provocar episodios de falta de aire durante la noche. 

Algunas personas experimentan ataques de pánico nocturnos, en los que se despiertan de manera repentina con taquicardia, sudoración y sensación de asfixia. 

Esta reacción es causada por una activación repentina del sistema nervioso, lo que hace que el cuerpo interprete una amenaza inexistente y active respuestas de emergencia, como una respiración acelerada o sensación de falta de aire.

Hombre sentado en la cama con ansiedad y respiración agitada, representando un despertar por ahogo nocturno causado por un ataque de pánico

Relación entre la postura para dormir y la dificultad respiratoria

La posición al dormir puede influir en la capacidad para respirar durante la noche. Por ejemplo,  dormir bocarriba, favorece la relajación de los músculos de la garganta y la lengua, lo que puede obstruir parcialmente las vías respiratorias. 

Esta obstrucción puede provocar ronquidos, pausas en la respiración y una mayor sensación de ahogo nocturno, especialmente en personas con apnea del sueño.

Para mejorar la respiración y reducir el riesgo de despertares bruscos, se recomienda dormir de lado, ya que esta postura facilita el flujo de aire y evita el colapso de las vías respiratorias. Elevar ligeramente la cabeza con una almohada ergonómica también puede ser útil para mejorar la oxigenación.

Hombre durmiendo de lado en la cama, una postura recomendada para mejorar la respiración y reducir la sensación de ahogo nocturno

¿Cómo identificar si la sensación de ahogo se relaciona con la apnea obstructiva del sueño?

Cuando la falta de aire durante la noche se repite con frecuencia, es importante prestar atención a otros posibles síntomas vinculados con la apnea obstructiva del sueño. Estos son algunos de los más comunes: 

  • Ronquidos fuertes y persistentes. 

En la mayoría de los casos, los ronquidos son un síntoma temprano de apnea del sueño, aunque no todas las personas con apnea roncan.

  • Pausas en la respiración mientras se duerme

Estas interrupciones pueden durar varios segundos y, aunque la persona no las perciba, suelen ser notadas por su pareja o familiares.

  • Despertares bruscos con sensación de asfixia 

Muchas personas se despiertan con la sensación de que les falta el aire, acompañada de una respiración acelerada, opresión en el pecho o palpitaciones.

  • Somnolencia diurna excesiva

La interrupción del sueño causada por pausas en la respiración impide un descanso profundo, generando fatiga, dificultad para mantenerse alerta y problemas de concentración.

  • Dolores de cabeza matutinos

La disminución en los niveles de oxígeno durante la noche puede provocar cefaleas al despertar.

  • Boca seca o dolor de garganta al despertar

La respiración irregular y el ronquido pueden causar sequedad en la garganta al inicio del día.

Hombre durmiendo boca arriba con la boca abierta, representando síntomas de apnea del sueño como ronquidos y dificultad respiratoria

¿Cuándo acudir a un especialista?

Si con frecuencia sientes que te falta el aire al dormir y notas otros síntomas relacionados con la apnea del sueño, es importante acudir con un especialista en medicina del sueño.

Este profesional evaluará tu caso y, si lo considera necesario, puede solicitar estudios como una polisomnografía, un estudio que se realiza durante la noche, ya sea en un laboratorio del sueño o en casa, según lo que se adapte mejor a las necesidades del paciente. 

Este análisis permite registrar funciones clave del cuerpo mientras duermes, como la respiración, la actividad cerebral, el ritmo cardíaco, los niveles de oxígeno y los movimientos musculares.

También puede recomendarse una oximetría nocturna, una prueba más sencilla que mide únicamente la saturación de oxígeno en la sangre mientras duermes.

Obtener un diagnóstico preciso es esencial para iniciar un tratamiento que ayude a dormir mejor y cuide la salud a largo plazo.

Médico evaluando a un paciente en consulta, representando la recomendación de acudir a un especialista por sensación de ahogo al dormir

Estrategias para respirar mejor al dormir

Hay algunas estrategias que pueden ayudar a respirar mejor durante la noche y tener un sueño más reparador. Estas estrategias van desde cambios simples en el día a día hasta el uso de dispositivos médicos, según el origen y la intensidad del problema. Entre las más importantes se encuentran:

  • Usar dispositivos para la apnea del sueño 

 Los equipos de presión positiva continua (CPAP) son altamente efectivos para mantener las vías respiratorias abiertas, pero su uso debe estar indicado por un especialista y calibrado según las necesidades de cada paciente.

  • Elegir la mascarilla adecuada. 

Existen mascarillas CPAP nasales y oronasales, cada una diseñada para diferentes necesidades. Elegir la más adecuada permite un ajuste correcto, evita fugas de aire y mejora la comodidad durante el tratamiento. 

  • Controlar el peso corporal

El exceso de peso puede aumentar la presión sobre las vías respiratorias y empeorar los problemas respiratorios nocturnos. Mantener un peso saludable reduce el riesgo de apnea del sueño.

  • Evitar el alcohol y los sedantes antes de dormir

Estas sustancias relajan los músculos de la garganta, lo que puede provocar el colapso de las vías respiratorias y dificultar la respiración.

  • Mantener una rutina de sueño regular. 

Dormir y despertar a la misma hora todos los días ayuda a regular los ritmos biológicos y a mejorar la calidad del sueño.

  • Usar humidificadores

Mantener el ambiente húmedo puede reducir la sequedad en las vías respiratorias y mejorar la respiración, especialmente en climas secos o en personas que usan CPAP.

Mujer sentada en la cama ajustando su mascarilla CPAP, un dispositivo médico utilizado para mejorar la respiración durante el sueño

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La sensación de ahogo al dormir, además de ser algo angustiante, también puede ser un indicador de problemas de salud que requieren atención. 


Si bien algunas personas pueden experimentarla de manera ocasional, cuando los episodios se vuelven recurrentes, es importante identificar su origen y buscar soluciones efectivas. Desde la apnea obstructiva del sueño hasta el reflujo gástrico o la ansiedad, las causas pueden ser diversas, y cada una requiere un enfoque específico para su tratamiento.


Por fortuna, existen múltiples estrategias para mejorar la respiración nocturna y recuperar un sueño reparador. Cambios en la postura, el uso de dispositivos CPAP, la adopción de hábitos saludables y la consulta con un especialista pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida. 


Dormir bien es una necesidad básica y atender cualquier alteración en la respiración nocturna es el primer paso para garantizar un descanso óptimo y una mejor salud a largo plazo.

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