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Recibir un diagnóstico de apnea del sueño y comenzar un tratamiento implica hacer ajustes importantes en la vida cotidiana.
Por eso, muchas personas se preguntan si este trastorno puede curarse o si deberán convivir con ello de forma permanente. Es una inquietud natural que surge ante la necesidad de entender qué pasará en el futuro y cómo afectará su bienestar.
Contar con información clara permite asumir el diagnóstico con mayor tranquilidad y seguir el camino adecuado con confianza.
Tipos de apnea del sueño y sus diferencias
La apnea del sueño no afecta a todas las personas de la misma manera. Existen distintos tipos de apnea, y cada uno tiene causas y características específicas.
Entender cuáles son las diferencias es esencial, ya que el tratamiento más adecuado depende del diagnóstico preciso. Estos son los principales tipos:
Apnea obstructiva del sueño
La apnea obstructiva del sueño (AOS) es la forma más común de apnea. Se produce cuando los músculos de la garganta se relajan en exceso durante el sueño, lo que provoca el colapso de las vías respiratorias y bloquea el paso del aire, a pesar de que el cuerpo intenta respirar con normalidad.
Este tipo suele estar relacionado con:
- El sobrepeso
- La estructura anatómica del cuello
- Ser del sexo masculino
- Edad avanzada.
Los síntomas más frecuentes son:
- Ronquidos intensos y continuos
- Pausas respiratorias observadas por otra persona
- Sensación de asfixia al dormir
- Somnolencia excesiva durante el día
- Irritabilidad y dificultad para concentrarse
Apnea central del sueño (ACS)
La apnea central del sueño (ACS) es menos frecuente y tiene un origen diferente. En este caso, el problema no es físico, sino neurológico, pues el cerebro deja de enviar las señales necesarias a los músculos que controlan la respiración, provocando pausas en la respiración sin esfuerzo aparente.
Algunas de las causas más comunes incluyen:
- Afecciones cardíacas
- Uso de opioides u otros medicamentos depresores del sistema nervioso,
- Lesiones neurológicas o enfermedades que afectan el tallo cerebral.
- Estar a gran altitud
Los principales síntomas son:
- Despertares frecuentes con sensación de falta de aire
- Fatiga diurna persistente
- Insomnio o dificultad para iniciar el sueño
- Problemas de memoria o concentración.
Apnea mixta o compleja (CompSA)
La apnea mixta o compleja combina elementos de la apnea obstructiva y la central. Es decir, una persona puede comenzar con bloqueos físicos en las vías respiratorias y, al iniciar el tratamiento con CPAP, presentar también pausas en la respiración causadas por una falla en la señal que envía el cerebro.
Este tipo de apnea es poco habitual y suele identificarse cuando el tratamiento convencional para la apnea obstructiva no da los resultados esperados o incluso agrava algunos síntomas.
Se ha detectado con mayor regularidad en personas con un control inestable del ritmo respiratorio o con una respuesta exagerada a los cambios en los niveles de dióxido de carbono.
Entre sus síntomas destacan:
- Ronquidos y pausas respiratorias típicas de la apnea obstructiva
- Episodios de apnea sin esfuerzo respiratorio, característicos de la apnea central
- Sensación de sueño poco reparador
- Cansancio extremo durante el día
El diagnóstico requiere un enfoque más detallado, generalmente en clínicas especializadas en medicina del sueño.

¿Tiene cura la apnea del sueño?
No todas las personas con apnea del sueño viven la misma experiencia. Mientras algunos adultos logran dejar atrás todos los síntomas, otros necesitan mantenerla bajo control durante toda su vida.
Esto varía según varios factores, como el tipo de apnea, qué la provoca, qué tan severa es y cómo responde el cuerpo al tratamiento.
Por eso, cuando hablamos de cómo curar la apnea del sueño en adultos, es importante entender que no existe una solución única, y que cada diagnóstico debe evaluarse de forma individual.
¿Cuándo la apnea del sueño necesita tratamiento permanente?
- Cuando se trata de una apnea obstructiva grave que no está relacionada con causas que se puedan modificar.
- Si hay una predisposición anatómica difícil de corregir, como ciertas estructuras en el cuello o la mandíbula.
- En casos de apnea central provocada por enfermedades crónicas irreversibles, como insuficiencia cardíaca avanzada o daño neurológico.
- Cuando los episodios respiratorios continúan a pesar del tratamiento, de forma persistente a lo largo del tiempo.
¿Y cuándo puede mejorar o incluso desaparecer?
- Si la apnea es leve y está asociada al sobrepeso, malos hábitos de sueño o consumo de alcohol.
- Cuando es de tipo central y está provocada por medicamentos o factores temporales, como la altitud.
- Si la causa puede corregirse, ya sea con una cirugía específica o tratando la enfermedad que la origina.

¿Cuáles son los principales tratamientos para la apnea del sueño?
Cada persona necesita un tratamiento adaptado a su situación, según los síntomas, el tipo de apnea y su estilo de vida. Existen opciones médicas y cambios en la rutina diaria que han demostrado ser eficaces para disminuir, e incluso eliminar, los episodios durante la noche.
Estos son los principales tratamientos:
Tratamiento con CPAP
Los dispositivos de presión positiva son el tratamiento más utilizado para mantener las vías respiratorias abiertas durante el sueño, especialmente en casos de apnea obstructiva moderada o severa.
El CPAP suministra un flujo constante de aire a través de una mascarilla que se coloca sobre la nariz, la boca o ambas, evitando que las paredes de la garganta se colapsen. Esto permite respirar con normalidad durante toda la noche y mejora la calidad del descanso.
Dentro de esta categoría existen variantes como el CPAP automático, que ajusta la presión de aire según los requerimientos del paciente en cada momento, y los equipos de presión binivel, también conocidos como BiPAP, que ofrecen una presión distinta al inhalar y al exhalar.
Estas opciones pueden ser recomendadas cuando se necesita mayor comodidad o en casos más complejos de apnea del sueño.
Te invitamos a leer:
CPAP: ¿qué es y cómo mejora la calidad del sueño?
Terapia posicional
La terapia posicional es un método simple y no invasivo que busca evitar dormir boca arriba, ya que esta postura puede facilitar que las vías respiratorias se bloqueen, sobre todo en personas con apnea obstructiva leve o moderada.
Dormir de lado, por ejemplo, puede ayudar a reducir la cantidad de pausas respiratorias y mejorar el descanso.
Esta estrategia suele acompañar a otros tratamientos y puede incluir el uso de dispositivos diseñados para mantener una posición estable durante la noche. Es una alternativa útil para casos muy leves.
Pérdida de peso y cambios en el estilo de vida
En personas con apnea obstructiva del sueño relacionada con el sobrepeso, la pérdida de peso puede marcar una gran diferencia.
La grasa acumulada en la zona del cuello y la garganta puede reducir el espacio de las vías respiratorias, lo que favorece los episodios de apnea. Al bajar de peso, se reduce esta presión, permitiendo que el aire fluya con mayor libertad durante el sueño.
Además, cambiar ciertos hábitos, como evitar el alcohol por la noche, dejar de fumar, establecer rutinas de sueño regulares y realizar actividad física, puede mejorar los síntomas de forma notable.
Cirugía y otros tratamientos médicos
Cuando las causas de la apnea están relacionadas con obstrucciones físicas que no responden a otros tratamientos, la cirugía puede ser una opción.
Algunas de las intervenciones más comunes incluyen la corrección del tabique nasal, la reducción de amígdalas o adenoides, y la cirugía maxilofacial para modificar la posición del hueso de la mandíbula. Estas opciones suelen considerarse en pacientes con apnea que presentan características anatómicas específicas.
Existen también otros enfoques médicos, como el uso de dispositivos intraorales o, en ciertos casos, medicamentos específicos.
Lo más importante es contar con una evaluación especializada que permita determinar cuál es el tratamiento más adecuado según las necesidades y características de cada persona. Un seguimiento profesional es clave para lograr resultados duraderos y seguros.

¿Qué tratamiento es mejor para ti?
Elegir el tratamiento adecuado no es una decisión que se tome a partir de síntomas generales o experiencias de otras personas.
Solo un profesional de la salud, a través de estudios específicos como una polisomnografía y una evaluación clínica completa, puede determinar qué opción es la más conveniente para cada caso.
El médico identifica el tipo de apnea y considera tu estado de salud general, posibles condiciones asociadas y la forma en que el trastorno afecta tu vida diaria. A partir de eso, diseña un plan de manejo personalizado, que puede incluir uno o varios enfoques combinados.
Intentar tratar la apnea por cuenta propia o basarse únicamente en consejos generales puede ser riesgoso. Por eso, lo más importante es seguir siempre la orientación médica desde el primer momento.
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¿Cómo se puede vivir mejor con apnea del sueño?
Tener apnea del sueño no significa resignarse a dormir mal ni a vivir con cansancio todo el tiempo.
Con un diagnóstico adecuado y el acompañamiento médico correcto, es posible volver a dormir profundamente, recuperar la energía durante el día y mejorar tu salud a largo plazo. El primer paso siempre será consultar a un especialista que analice tu caso y te ayude a encontrar el tratamiento que realmente se adapte a tus necesidades.
Seguir los tratamientos indicados y adoptar hábitos más saludables son claves para mantener la apnea bajo control. En Remify, te acompañamos en este camino con soluciones confiables y prácticas para ayudarte a lograr un descanso reparador y mejorar tu bienestar.